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Alice Malsenior Walker

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Alice Malsenior Walker (nacida el 9 de febrero de 1944) es una escritora afroamericana y feminista que recibió el Premio Pulitzer a la obra de ficción en 1983 por la novela El color púrpura.

 

Su madre se dedicaba al servicio doméstico y también era costurera. No soportaba los malos tratos y se marchó de casa de su propio padre, que intentaba tratarla mal. Esto parece indicar que su madre pudo ser la figura en la que se inspiró para diseñar a Nettie, la hermana de la protagonista de su principal novela.

 

Además, su madre –no se sabe si de manera consciente o no- pareció señalarle el destino cuando, tras ahorrar durante mucho tiempo, le regaló tres objetos: una máquina de coser que le permitiría ser independiente, una maleta para que viajara y regresara y una máquina de escribir.

TRAUMA DE LA CEGUERA

 

Cuando a los 8 años jugaba con sus hermanos a indios y vaqueros, uno de ellos le disparó con una escopeta de perdigones y dejó a Walker tuerta de por vida. Para la escritora éste fue un acontecimiento que marcó su vida porque su familia trató el suceso como un accidente mientras que ella lo consideraba un acto totalmente deliberado.

 

Por otro lado, la cicatriz dejó en ella un profundo sentimiento de fealdad, aislamiento y soledad y se vio discriminada por otros niños y niñas, sintiéndose incapaz, debido a ella, de mirar a los ojos a otras personas. Probablemente esto influyó de varias formas en su literatura, ya que, en su opinión, su desarrollo como escritora se inició porque pudo quedarse fuera y observar. Es decir, la herida le proporcionó consciencia y lucidez.

 

Por ello, la cuestión que se repite en la obra de Walker es cómo cambian las personas y qué les hace cambiar.

El color púrpura, cuenta, a lo largo de distintas décadas, la intensa vida de Celie, una mujer de la América rural del Sur. Forzada a casarse con un hombre brutal. Celie se retrae y comparte su desgracia sólo con Dios. Celie sufrirá una transformación gracias a la amistad que comparte con dos extraordinarias mujeres, adquiriendo la autoestima y la fuerza que necesita para perdonar.

Novela epistolar de gran crudeza en el que no sólo se retrata la represión a la minoría afroamericana, sino también el machismo que provocaba que la mujer afroamericana estuviera doblemente reprimida (como afroamericana y como mujer). La protagonista inicia las cartas dirigiéndose a Dios (“Querido Dios:”) y las termina dirigiendo a una persona concreta (y este hecho es muy revelador).

  

Aunque el relato es estremecedor, también hay lugar para la esperanza y el amor. Y es que se trata de una novela de extremos: hay tanta desesperanza y soledad como, finalmente, todo lo contrario. Porque es el relato de una transformación: la liberación de la protagonista vendrá a través de la lectura de las cartas de su hermana Nettie y también a través de personas como Sugar.

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